El ejército prometió que volvería pronto para ponerlos a salvo. Por el momento, Aditya y su abuelo se contentaron con esperar, sabiendo que lo peor ya había pasado. A medida que el cielo se despejaba, las aguas retrocedían, dejando su casa maltrecha pero en pie.
Por fin había pasado la tormenta. Aditya sintió que le invadía una sensación de paz. Él y su abuelo estaban juntos, viendo cómo el sol se abría paso entre las nubes por primera vez en días.