Unos pescadores se acercan a un iceberg para salvar a un animal varado, pero lo que descubren es mucho más aterrador

Cuando por fin amaneció, una pálida luz se extendió por el hielo, proyectando largas sombras sobre el paisaje helado. Tanner e Iqaluk se prepararon para abandonar la estación meteorológica, con el cachorro de oso polar aún acurrucado en la chaqueta de Tanner.

Al llegar al borde, los vieron: Mallory y Jacob, de pie con el equipo de rescate en sus botes. Mallory fue el primero en verlos y levantó el brazo en un gesto triunfal. «¡Tanner!», gritó, su voz atravesando el hielo.