«Aquí Tanner», dijo, con voz temblorosa pero clara. «Mallory, Jacob, si podéis oírme, estoy en una vieja estación meteorológica. Tengo a alguien aquí conmigo. Estamos enviando un SOS. Por favor… por favor respondan»
Hubo un momento de silencio agonizante, y luego, a través de la estática crepitante, Tanner oyó una voz: la voz de Mallory. «¡Tanner! Gracias a Dios. Te hemos estado buscando todo el día. Aguanta, vendremos a rescatarte cuando amanezca»