Una mujer vendió el anillo que le regaló su ex. Cuando el joyero lo vio, ¡no podía creer lo que veía!

Lejos de las sombras de su pasado, Kiara empezó a prosperar. Volvió a pintar, una afición que había abandonado hacía tiempo, y empezó a relacionarse con gente nueva que aportaba luz y positividad a su mundo. Cada día era un paso hacia la recuperación de su felicidad y se sentía más fuerte.

Una tarde, Kiara estaba en el balcón de su nuevo apartamento, mirando al horizonte mientras el sol se ocultaba bajo el horizonte. Una suave brisa le alborotó el pelo y, por primera vez en años, se sintió en paz. Se había enfrentado a sus momentos más oscuros y había salido del otro lado. Kiara sonrió para sus adentros, dispuesta a abrazar el brillante futuro que le aguardaba.