Una mujer graba en secreto a un niño adoptado que no era quien decía ser

Entonces llegó la noche de su cena de aniversario. Arthur y Victor se habían quedado a dormir en casa de un amigo, dejando sólo a Esther en casa con la niñera. Era la ocasión perfecta. Los nervios de Veronica hormigueaban, convencida de que Esther revelaría su verdadero yo.

A la mañana siguiente, ansiosa y tensa, Verónica revisó las imágenes. Al principio, todo parecía inocente. Esther jugaba tranquilamente hasta que la niñera la acostaba. Pero más tarde, con la niñera preocupada, Esther se escabulló de su habitación, pensando que estaba sola.