Un elefante pide ayuda a un fotógrafo – La increíble verdad al descubierto

Intentó averiguar dónde estaba el resto de la manada. Su cabeza le instaba a huir lo más lejos y rápido posible. Sin embargo, algo en el elefante hacía que su corazón quisiera hacer otra cosa. Cuando por fin se atrevió a mirar al elefante a los ojos, se dio cuenta de que algo iba muy mal.

A Paul se le cortó la respiración. Había visto elefantes antes, pero nada parecido. Era enorme, como no podía ser de otra manera. Los elefantes de la selva africana suelen ser más pequeños que los de la sabana, pero ésta tenía una barriga enorme que colgaba de una estructura escuálida. Había algo más, algo que le produjo un escalofrío.