Un niño descubre 14 perros alrededor de un árbol y un agente resuelve el misterio

Los perros no ladraban ni corrían salvajemente. Se movían ordenadamente, con la cabeza alta y la cola firme. No eran perros salvajes que iban de caza; esto era diferente. Algunos parecían llevar collares, mientras que otros parecían vagabundos. Lukas sintió un escalofrío.

La curiosidad se apoderó de él y, en contra de su buen juicio, decidió seguirlos. Lukas se arrastró silenciosamente detrás de un matorral de arbustos, manteniendo una distancia segura. La manada caminaba con paso firme y ordenado, con la mirada fija al frente, como si estuvieran decididos a hacer algo.