Un niño descubre 14 perros alrededor de un árbol y un agente resuelve el misterio

En el hospital, Rogers se mostró reacio al principio. Negó su implicación, negándose a admitir su culpabilidad. Pero Jones fue paciente, presentando con calma pruebas y testimonios. Tras un tenso interrogatorio, Rogers finalmente se quebró y confesó haber robado perros y haberlos devuelto a cambio de recompensas, poniendo al descubierto la cruel estafa que había asolado la ciudad.

Cuando Jones le preguntó por los extraños ladridos en el roble, Rogers admitió que alimentaba allí diariamente a perros callejeros. Su estancia de una semana en el hospital había alterado la rutina, dejando a los perros hambrientos y agitados, lo que explicaba los ladridos que Lukas había presenciado. Finalmente, las piezas encajaron para Jones.