Fotografió el búnker con detenimiento, documentando cada detalle. No había respuestas inmediatas, pero este descubrimiento prometía una pista. Jones subió las escaleras y cerró la escotilla tras de sí. Había encontrado una pista, ahora era el momento de llevar estas pistas de vuelta a la estación e investigar más a fondo.
El agente Jones extendió los informes de perros desaparecidos y los dividió en dos montones: los encontrados y devueltos y los que seguían perdidos. Pasó la vista por los carteles del búnker: muchos eran idénticos a los archivados en la comisaría. No pasó por alto la coincidencia.