Un perro cava un enorme agujero durante 11 horas seguidas y lo que descubre deja a todo el mundo en silencio

Ethan se quedó en silencio, con un nudo en la garganta. Nunca había pensado en el peso que podía tener una bolsa pequeña y olvidada. Pero aquí, en esta casa desgastada a las afueras de la ciudad, vio la verdad: a veces no era la supervivencia lo que más importaba, sino el recuerdo.

En los días siguientes, Ethan volvió a menudo. El anciano le daba una calurosa bienvenida, siempre con la foto colocada cerca, como si fuera un invitado de honor. Compartían té en tazas desconchadas, el hombre relataba fragmentos de una vida interrumpida por la pérdida, y Ethan escuchaba, aprendía y llevaba esas historias como si también le pertenecieran.