Un perro cava un enorme agujero durante 11 horas seguidas y lo que descubre deja a todo el mundo en silencio

Se sentó en una silla junto a la puerta y miró la foto como si viera fantasmas de carne y hueso. «No sabes lo que esto significa», susurró. «Estos trozos… esta llave… esta fotografía. Son más que objetos.

Son mi familia. Mis recuerdos. Mi pasado. Pensé que nunca volvería a tocarlos» Sus labios temblaron y esbozaron una sonrisa llena de dolor y gratitud. «Me has devuelto una parte de mí»