Mi hija (19) empezó a ver a un hombre (43) contra nuestra voluntad

Su independencia llegó de forma silenciosa. Empezó a hacer presupuestos, a prepararse ella misma la comida y a hablar con despreocupación de planes a largo plazo. «Puede que solicite unas prácticas en una organización sin ánimo de lucro», dijo, como si de repente se le hubieran abierto las puertas del futuro. Intercambiamos miradas incómodas. ¿Era la influencia de él la que marcaba sus pasos?

Luché con mis sentimientos. Quería sentirme orgullosa, pero el origen de su nueva independencia era importante. Si hubiera sido ella, lo celebraría. Pero, ¿y si era este hombre mayor quien moldeaba sus ideas, manipulaba sus pensamientos y guiaba su camino?