Una azafata ve a su difunto marido durante un crucero: lo que descubre lo cambia todo

Se abrazaron un momento y Emily se secó las lágrimas, sintiendo que la invadía una sensación de paz. Lo había conseguido. A medida que avanzaba la noche, siguieron hablando, compartiendo recuerdos, historias y disculpas. Cuando se separaron, todos se habían entendido.

George prometió volver a visitarla, mantenerse en contacto y seguir estrechando la relación con Margaret y Emily. Cuando Emily se quedó en la puerta, viendo a George marcharse, no pudo evitar una sensación de satisfacción.