Emily no estaba segura de qué esperar de una reunión con él, pero la idea de traer por fin al redil al hermano perdido de su difunto marido le parecía lo correcto. A la mañana siguiente, sentada en la mesa de la cocina, redactó nerviosamente el mensaje para George.
Le explicó que significaría mucho para ella que se uniera a la cena, ya que tenía muchas preguntas que hacerle. Emily no estaba segura de si éste sería el comienzo de un nuevo capítulo o sólo otro encuentro incómodo, pero sentía que era la única manera de seguir adelante.