Una azafata ve a su difunto marido durante un crucero: lo que descubre lo cambia todo

«Pero no, no conozco a este hombre. Juro que no. Es decir, nos parecemos, claro, pero no tengo ni idea de quién es» A Emily se le encogió el corazón cuando George le devolvió el teléfono a Peter. No esperaba que le confirmara nada, pero una parte de ella esperaba alguna explicación, alguna señal de que aquel extraño encuentro no era más que una confusión.

«¿No tienes ni idea de quién es?» Preguntó Emily, con voz apenas susurrante. Le miró a los ojos, buscando alguna señal de reconocimiento. «No», respondió George con firmeza, negando con la cabeza. «Ojalá pudiera explicarlo, pero no puedo. No lo conozco» La mujer que estaba junto a George miró a Emily con una mezcla de simpatía y confusión.