«Aquí tienes, niña», le dijo, quitándole suavemente la hoja de la boca. Lola respondió con un suave movimiento del rabo, expectante. Pedro cogió una salchicha y se la metió con cuidado en la boca. Sin hacer ruido, Lola trotó hacia el gran árbol que había junto a la tienda, contenta con su premio.
Los estudiantes a su alrededor contemplaban la escena con una mezcla de diversión y curiosidad. Pedro observó a Lola disfrutando de su salchicha sin preocuparse por nada y se rió para sus adentros cuando oyó oooh y aahs procedentes de la multitud y a un par de estudiantes grabando vídeos de Lola.