Una mujer descubre un búnker secreto en su patio trasero y lo que encontró dentro la estremeció

Demasiado asustada para enfrentarse sola al patio trasero, Rose se vistió a toda prisa, cogió su portátil y caminó a paso ligero hasta la casa de la joven pareja que vivía calle abajo. Le temblaban las manos cuando les enseñó la grabación. No le importaba cómo sonara: necesitaba ayuda.

La pareja miró el vídeo en silencio. Cuando terminó, la mujer se volvió hacia Rose con los ojos muy abiertos. «Eso… no es nada», susurró. El marido asintió a regañadientes. Aunque vacilantes, pudieron ver el miedo en el rostro de Rose, y cuando ella se lo pidió -casi suplicante- accedieron a acompañarla.