Una mujer descubre un búnker secreto en su patio trasero y lo que encontró dentro la estremeció

Pero sintió un extraño alivio. Tenía razón. No se lo había imaginado. No sabía qué pensar, pero le pareció una pista sólida que podía guiarla hacia las respuestas. Habitación por habitación, recorrió la planta baja, escudriñando rincones, respiraderos y armarios. Y poco a poco, un patrón inquietante comenzó a surgir.

En cinco puntos distintos -cada uno cerca de un conducto de ventilación o una rejilla- la temperatura descendió por el mismo margen. Todas las lecturas coincidían. Todos los espacios estaban silenciosos y quietos, pero la temperatura cambiaba sin ninguna interferencia exterior. Todas las puertas y ventanas estaban cerradas y el aire acondicionado apagado.