Un adolescente se enfrenta a la expulsión por tercera vez, ¡y es entonces cuando su madre descubre quién es el nuevo director!

Diane parpadeó, sorprendida. «Se mete conmigo», admitió en voz baja. La directora asintió. «Ya lo sé. Y eso se acaba ahora. Tú cambiarás, y ella también. Ambas partes deben dejar de fingir que su dolor les da licencia para herir a los demás» Carol sintió que las palabras los golpeaban a ambos por igual.

Carol susurró: «Gracias», aunque la gratitud llevaba el peso de la culpa. El director la miró a los ojos con firmeza. «No me des las gracias. Enséñale. Enséñale. Rompe el patrón» Carol asintió, con el corazón encogido, sabiendo que era la oportunidad por la que tanto había rezado… y tanto había temido.