Un adolescente se enfrenta a la expulsión por tercera vez, ¡y es entonces cuando su madre descubre quién es el nuevo director!

El director cerró la carpeta con firmeza. «Esta es su advertencia. Un indulto, no un perdón. Si continúa, la puerta se cerrará para siempre» Diane asintió a regañadientes, con una rara seriedad en los ojos. Por primera vez, Carol creyó que su hija había oído el peso que había detrás de las palabras.

Entonces el tono del director cambió, acerado. «Y la señora Connors. Ella también tendrá noticias mías. La autoridad no excusa la crueldad. Los maestros a veces olvidan que su ridículo siembra semillas que los niños llevan de por vida. No permitiré que ese ciclo se repita bajo mi vigilancia» A Carol se le relajó el pecho al oír aquella justicia no pronunciada durante años.