Marido ciego recupera la vista, lo mantiene en secreto – ¡La oscura verdad lo deja destrozado!

«Espera, por favor… ¡escúchame!» La voz de Natalie temblaba mientras se acercaba a él, con la desesperación arañándole la garganta. Pero John no se detuvo. Ya había oído suficientes excusas y promesas vacías. La puerta se cerró tras él, resonando en el silencio.

En ese momento, el mundo se sintió pesado a su alrededor, el peso de la traición cayendo como un maremoto, dejándola sin aliento y varada. De pie, sola en la cocina, Natalie apenas podía comprender la gravedad de sus actos.