Al principio, no había nada raro. Pero entonces encontró una cajita con llave escondida en el fondo del cajón. Su corazón latió con fuerza cuando forzó la cerradura y la abrió. Dentro había documentos legales. Al principio, parecían papeles normales, contratos y acuerdos, pero al hojearlos se le heló la sangre.
Eran documentos de transferencia de sus activos, sus propiedades y cuentas. Ella lo había puesto todo a su nombre. A John le temblaban las manos mientras seguía leyendo. Natalie se había estado preparando para quedarse con todo: su patrimonio, su negocio, incluso su casa.