Con un esfuerzo considerable, utilizando un gancho de barco y toda su fuerza, consiguió empujar y tirar de un extremo hacia el costado de su pequeña embarcación. Quería ver si podía enrollarlo para verlo mejor.
Cuando tiró, se oyó un chasquido suave y húmedo. El objeto se desinfló ligeramente por el esfuerzo y un líquido espeso, de color negro rojizo, brotó salpicándole las manos y los antebrazos. El líquido salpicó la cubierta, goteando por el costado de la embarcación en viscosas estelas.