A Andrew se le nublaron los ojos. Siguió leyendo. «No podía destruir estos documentos, ni podía hacer alarde de ellos. El mundo tiene poco apetito por los héroes anónimos. Así que los dejé aquí, ocultos, hasta que alguien dispuesto a soportar la verdad los desenterrara. No quiero gloria, pero espero que me comprendas mejor, heredero mío»
«El dinero que encuentras son modestos ahorros, guardados para ti. No porque desee cargarte con riquezas, sino porque sé que la herencia pesará mucho. Véndela, reconstrúyela, quémala… poco importa. Lo que importa es que entiendas el silencio que me definió»