Desapareció con Ranger por las puertas correderas, que se cerraron tras él con un golpe frío y final. Sólo entonces Emily sintió el temblor en sus manos. Sólo entonces se dio cuenta de que Lily seguía en sus brazos, pequeña y temblorosa, con la cara apretada contra el hombro de Emily.
«Oh, cariño…» Susurró Emily, alisándole el pelo. «Estás bien. Estás bien» Pero el pequeño cuerpo de Lily se sentía flácido por el cansancio, y a Emily se le apretó el corazón. No tenía ni idea de si la caída le había hecho más daño del que podía ver.
