Una madre deja a su bebé solo con un pastor alemán durante unos segundos y lo que ve a continuación la aterroriza

La respiración de Ranger empeoraba: rápida, irregular, con burbujas en los bordes. La pierna se le hinchaba tan deprisa que ya casi no parecía una pierna. A Emily se le cayó el estómago. «Oh Dios… Ranger…» susurró, con la voz entrecortada.

Lily gimoteó desde la hierba, asustada pero consciente, acercándose a su madre con manos temblorosas. Emily la cogió en brazos y la abrazó con fuerza, besándole la coronilla mientras el alivio y el pánico se enredaban en su pecho.